
¡Si yo soy la persona más torpe del mundo! es lo que nos decimos a nosotros mismos, para tratar de justificar el que aún no hayamos dado el paso de comenzar a aprender a bailar salsa. Y con esa excusa lo vamos dejando un año tras otro, hasta que has comenzado a leer estas líneas y te estás dando cuenta que a otras personas les ha pasado exactamente igual que a ti, pero antes.
Con el tiempo, la técnica y muchas ganas de aprender a bailar salsa, todo el mundo es capaz de hacerlo. Si, tu también. Estamos comenzando nuevos grupos para novatos nivel cero patatero, casi todas las semanas, así que la excusa de la lejanía en el tiempo tampoco te sirve.
El no tener pareja para acudir a las clases de baile tampoco te sirve como excusa, ya que por el horario al de nueve a once de la noche, hay más o menos en clase el mismo número de hombres que de mujeres, y sólo en los casos extremos de menores de 18 años o mayores de 70 años, si que hace falta acudir en pareja, porque no hay parejas de esas edades.
Y tampoco, tampoco te sirve la excusa del trabajo si estás en una de esas empresas que ponen turnos rotativos para que sus empleados no tengan vida privada, ya que los días que faltas los puedes recuperar en esa misma semana, en la semana anterior o en la semana siguiente, para intentar que vayas siempre al mismo nivel que el resto de compañeros de clase.
Para colmo, no hace falta ni que llames para reservar o avisar que vas a asistir a clase. Las clases van a comenzar contigo o sin ti. Perdértelas y dejar de disfrutar aprendiendo a bailar salsa, ya es cosa tuya.
Pero búscate otra excusa. Ya te quedan pocas.
Son miles los motivos por los que las personas un buen día decidimos apuntarnos a una academia de baile, un gimnasio con clases colectivas dirigidas por un monitor, un bar de salsa, un asociación o cualquier otro sitio donde haya un profesor para enseñarnos a bailar sevillanas, salsa, bachata, merengue o rueda cubana. Normalmente es porque hemos visto a otra pareja bailando salsa y nos ha gustado tanto verlos, que hemos decidido aprender a bailar salsa para ser nosotros los protagonistas del baile en lugar de los espectadores.
Y ahora lo que queda es la parte más difícil, el decidirnos por un sitio u otro para comenzar a aprender a bailar salsa, pues cada uno de ellos tiene sus ventajas y también sus inconvenientes. El primer sitio que tenemos que descartar son los bares de salsa para aprender a bailar, pues en los bares siempre están los típicos borrachichos de la barra mirando y molestando. Hay gimnasios con clases de salsa ya incluídas en el total mensual, pero tienen el inconveniente que siempre se está apuntando gente nueva y no hay forma de avanzar, pues el profesor ha de pararse a explicar a los novatos el paso básico una y otra vez.
La mejor opción suelen ser las academias específicas de baile pero el inconveniente son los horarios o más bien la falta de un horario amplio, donde podamos acudir al salir del trabajo o de clase. Otro inconveniente de muchas academias, es que no suelen publicar el precio en un lugar bien visible, o que intenten cobrarte matrícula, cuando de sobra saben que cobrar matrícula es ilegal ya que no son un centro público o concertado del sistema educativo, ni tienen traslado de matrícula, ni autorización administrativa para cobrarla.
¿Dónde entonces? Pues como decía el anuncio, busca, compara y si encuentras algo mejor, ¡apúntate!
Por cierto que con nosotros no hace falta apuntarte, basta con asistir cualquierda de los días que aparecen en la imagen, sin siquiera avisar. Y si no te gusta, te vas tan ricamente que nadie te va a decir nada ni a pedir explicaciones. Esto es como los zapatos: primero te los pruebas y si no te gusta cómo te quedan o simplemente cambias de idea, se los dejas allí al señor zapatero y te marchas.
Pues igual.
Ah, y no hace falta llamarme. No busques el teléfono, que no está.